KRISHNA Y RADHA, LA HISTORIA DE AMOR MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA

Las gopis, las vaqueras, rodeaban a Krishna, dando vueltas, bailando felices, en su divina embriaguez. Krishna, sin embargo, queriendo estar con cada una de ellas de manera indivisa, se multiplicó utilizando el poder del yogamaya y se colocó entre cada par de gopis, posando sus brazos en sus cuellos. Así cada mujer pensaba que estaba sólo con ella, que lo tenía a su lado. El dios las hacía girar, las levantaba hacia el cielo, las dejaba caer y las atrapaba, tocaba sus muslos, sus senos. Y mientras bailaban, pues el universo siempre celebra la intensidad pura del amor, los dioses se arremolinaban en el cielo con sus vehículos luminosos acompañados de sus consortes; los ángeles cantaban la gloria de Krishna; corrientes de flores soplaban y tambores resonaban en la tierra. Bailaban en la tierra, en un mandala móvil, pero ese lugar, Vraj, era en realidad la imagen del reino celestial de Krishna, una tierra bendita. La danza duró muchas noches, innumerables noches. Krishna y sus gopis enlazados en la danza del amor divino, como la luna y las estrellas dando vueltas. No había ninguna mácula, todo su karma era consumido por el fuego del amor divino.

Comentarios

LO MÁS VISTO