ZÓBEL: VIAJAR, DIBUJAR, PINTAR

Zóbel trabajando en su cuaderno de esbozos
Sketchbook-Pluma y acuarela




En la superficie limitada de una pintura...
...con el corazón desprendido, como en el vacío.
Shitao



La elevación de la pintura de paisajes a la categoría de arte mayor se produjo en China hace unos mil años, en Japón unos seiscientos y en Europa unos trescientos. Únicamente en Oriente los paisajistas consideraron su arte como religioso. En Occidente la pintura religiosa consistía en retratar escenas de las vidas de los santos, sus martirios o en alumbrar textos sagrados. Hoy reconocemos en Fernando Zóbel ( Manila 1924-Roma 1984 ) a uno de los supremos maestros de lo que podría llamarse pintura mística de paisajes. Este hombre, quizá el mejor pintor español de una generación de grandisimos artistas, fue capaz, más efectivamente que ningún otro, de unir el Uno en los muchos. En sus propias palabras: " Busco en el orden la razón de la belleza " No queda entre el lienzo y el artista, en ese espacio del grosor de un cabello, sino el embrión, el arrebato, el éxtasis, la mancha, la linea, la experiencia de liberar la luz de su prisión de piedra y carne.
He buscado su tumba, la mandíbula que ríe, el hueso que crea, en el cementerio de San Isidro, en la parte más alta de Cuenca y por recomendación de un amigo también busqué alguien que supiese rezar. Luego, en el museo de Arte Abstracto Español, en las casas colgadas, museo que él mismo nos legó, uno de los mejores de España, nadé entre su obra que se quedó adherida a la piel como un fino barniz. " Sólo con los ojos la pintura no se ve del todo ".

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