UNA INVITACIÓN A VER

CUADERNO DE APUNTES
El pintor y su modelo-SKETCH



Supongamos que estamos en mi estudio y yo te invito a tomar un té. Supongamos... Joder, eres una persona con suerte. Sostienes el bol, saboreas el té y bebes un poco más. Parece que te gusta el té verde japonés. Dejas el bol sobre la mesa y continuamos la conversación.

Supongamos ahora que yo te invito a ver tal o cual cuadro. Empiezas a utilizar tu memoria, tus conceptos adquiridos, tu vocabulario, a fin de dar una descripción de tus sensaciones. Dices, por ejemplo: " Es muy hermoso, tiene mucha fuerza " Y aquí yo empiezo a mosquearme. " Me recuerda la obra de los últimos años de X, ese uso del blanco " etc... Y podrías expresar tus sensaciones de otras mil maneras. Pero éstas palabras describen tu experiencia directa del cuadro; no su experiencia en sí misma. Así es, la experiencia directa no distingue que tú eres el el sujeto de la misma y el cuadro es el objeto, no piensas que lo visto sea mejor o peor, o que te recuerde la obra de los últimos años de X. No hay concepto o palabra que encuadre esta experiencia. Una sonrisa, quizá... Cuando tratas de describir una experiencia ya no estás en ella. En la experiencia formas una misma cosa con el cuadro; no hay distinción entre el sujeto y el objeto. El vuelo del vencejo, el salto del gato, piedra,rueda y agua, la mano, nada.... No hay evaluación. No hay discriminación. Esta sensación pura es lo que nos introduce en el seno de la realidad. Y ahora termina con el té y a la calle...

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