Otake Risuke sensei Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu 天真正伝香取神道流
El Budo es un camino de una sola dirección.
La palabra compromiso, impregnada del espíritu de «hasta las últimas consecuencias» es quizás un componente del Budo que aleja a la mayoría de los que comienzan su práctica de poder llamarse a si mismos auténticos Budokas. Hoy en día queremos recibir, pagar con dinero y sin más, irnos después a nuestros asuntos. De esta manera el espíritu jamás se filtrará en el Ser.
O Sensei Ueshiba decía que cuando sales de tu casa y te diriges al Dojo recuerda que estás caminando hacia el cementerio.
El concepto de muerte y su comprensión y adherencia a su poder invencible transforman el Ser. Pero esa comprensión sólo llega con la vivencia y la práctica diaria. Las palabras tienen vetada la entrada. Las palabras no pueden cargar en sus hombros las verdades que el cuerpo descubre cuando se somete a una disciplina arcana.
Budo es entender que en muchos aspectos de la Vida no existe término medio. O se vive o se muere. Y un punto más,:el resultado es lo de menos pues cualquier de las dos opciones es válida.
El Budo es una vía que exige desprendimiento, esa cualidad que permite someter hasta tal punto al Ego que lo mata de hambre. Un budoka si dice que hará algo ese acto acaba de consumarse, no hay duda, no vacila.
El Budoka es una persona que, con la muerte a cuestas, saborea hasta tal punto la Vida que puede entretenerse horas observando algo que para la mayoría pasaría desapercibido. Quien cree que el Budo es el camino de la muerte o del suicidio, como muchas veces se ha mal interpretado, es inconsciente del verdadero sentido del Budo: enraizar al hombre en la tierra, enlazar su mente con lo maravilloso y empoderar sus manos para volverlas instrumentos al servicio de la Vida, a veces destruyendo como una furiosa tormenta llena de truenos y otras acariciando las flores y llevando su polen para dar Vida. El Budo enseña la justicia universal en la que la Vida y la Muerte son alas del mismo Halcón. Cada entrenamiento es una pequeña muerte, una gota del veneno que probaremos indefectiblemente.
Recuerdo a mi segundo Maestro, sensei Arashi que dejaba una cosa clara en repetidas ocasiones: un Budoka huye de la mediocridad. El Budoka es un Ser Humano llevado al límite de sus potencialidades: el mejor padre, el mejor esposo, el mejor amante, el mejor amigo, el mejor compañero... Un Budoka va al rescate sin ser requerido, está el primero y se va el último. Cuando los demás están cansados, abatidos, entona los himnos necesarios para ensanchar sus espíritus y alejar desgracia y la derrota.
Un tercer maestro con el que he podido compartir la vía, Jean Paul Blond, manifestaba abiertamente como frente a su maestro, un auténtico budoka, la gente sanaba, dejaba los malos hábitos, se rehacía. Ahí el Budoka se torna piedra filosofal que convierte y purifica el alma que toca.
El Budo es camino de Vida. Quizás de mil vidas. Un camino inconcluso que se resuelve con la muerte y la.satisfacción plena de haber vivido, de haber sentido.
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