CUANDO ERES FORASTERO. GUIA PARA ACABAR DE UNA VEZ CON CIERTAS PALABRAS
Viajar se ha convertido en estas últimas décadas en un acto ostensiblemente banal. Generalmente, se hace en un vehículo ultrarrápido, avión, tren de alta velocidad, coche por la autopista repleto de todos los artilugios necesarios para que el viajero olvide en lo posible que está viajando: pantallas para poder ver algo diferente a lo que ofrece el paisaje, música para aislarse de los acompañantes, cobertura y conexión a móviles y ordenadores para poder comunicarse con alguien que está lejos, con algo que está más allá. El viajero moderno intenta olvidar que viaja, y prefiere separarse del aquí y del ahora del viaje para sumirse en un espacio mental del que vino y en otro al que va. Mientras viaja, practica la falta de conciencia. El viaje actual es por lo general irreflexivo, aislante, utilitario. Su único interés es llegar al objetivo lo antes posible, lo más descansado posible, lo menos cambiado posible. Y si ha de haber cambio, que lo facilite la película que se ve en el camino, no la experiencia viajera.
Existen, sin embargo, viajeros diferentes, y a ellos va destinado este canal. Y esto lo subrayo...
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