PALABRA DE FULCANELLI

EL ROCÍO DEL QUINTO MES
SERIE
Mixta sobre lienzo-2015


Fulcanelli es el seudónimo de un hombre que, en nuestros días, encontró la piedra filosofal. En 1922 dio a su discípulo Canseliet un fragmento de la Piedra que le permitió transmutar un pedazo de metal en 100 gramos de oro.
En 1944 desapareció sin dejar rastro a pesar de los intentos de la CIA por encontrarle. Pero su discípulo Canseliet todavía sostiene: " Cuando le vi por última vez era ya muy viejo, pero llevaba muy bien sus ochenta años." Treinta años más tarde se encontraron de nuevo y, dice:" El maestro parecía un un hombre de cincuenta años ! No mayor que yo.!"
Finalmente, parece ser que volvió a encontrárselo en Granada convertido en una bella gitana del Sacromonte, o tal cosa nos cuenta Ovason en su voluminoso libro El Celador. ¿ Habría completado el maestro los misterios de la androgínia, las bodas Mágicas del rey y la reina ?
Yo me encontré con una gitana que me dio una ramita de mirto, cosa inusual, en la catedral de Chartres, tan propensa a ser vestida por vientos y azules,  y que, mientras los dos tomábamos fotos, dijo llamarse Fulca.
Del bolsillo de sus shorts cayeron unas notitas tomadas con premura. Yo las recogí del suelo y busqué a la mujer para devolvérselas. Pero no pude encontrarla. Decían así :

" La entrada del laberinto del interior del cuerpo. ¿ Qué otra cosa es el cuerpo desnudo sino un lugar de iniciación ? Vágamos a través de él con las manos intentando entrar en el otro que no es más que uno mismo, con la promesa de la iniciación en alguien, en algo, en el amor.
El laberinto de la catedral de Chartres posee solamente una entrada. Seguramente, los teólogos de la Edad Media no se atrevieron a más.
En el plano de una catedral se puede superponer a un hombre con los brazos abiertos. Si varón, su laberinto tiene solo una entrada. Si mujer, dos. A la mujer le simboliza el laberinto con dos entradas. Los iniciados en los misterios gnósticos preferían seguir el camino masculino de la iniciación llamado el camino del fuego, del Apolo solar. El camino femenino, el camino del agua, era más corto, pero exigía del iniciado predisposiciones singulares. Podía caer en el frenesí dionisíaco o simplemente, por empatía, en estados histéricos.
El laberinto cordado, la Vía Seca.
Los alquimistas medievales en busca del oro pertenecen al poder de Apolo, aconsejaban depurar y secar la materia bruta con la empezaba la transformación alquímica. La materia depurada sin tacha, la sustancia virgen. El uso de las mujeres en los ritos de los antiguos misterios tuvo su explicación en la simboliogía alquímica que describía launión de lo masculino ( el sol, el fuego ) con lo femenino ( la luna, el agua )Y todo ello para obtener la perfecta plenitud andrógina.
Beatriz, una de las vírgenes medievales más famosas, yo estuve en su tumba florentina y escribí un mensajito de amor para la cesta que hay frente su sepulcro, llevó a Dante por los círculos del infierno, purgatorio y cielo. Le guió por laberintos de ultratumba. Dante siguió a Beatriz por los puentes sobre el Arno mientras miraba sus luminosas caderas que brillaban de forma seductora por debajo de sus vaporosas ropas con la promesa de cumplir las recetas alquímicas de encontrar el elixir de la inmortalidad.
Se dice que las ceremonias de toma de juramente de los caballeros Templarios consistía en rendir homenaje a la cabeza de Baphomet, pisar la cruz, el camino de la mano derecha, y besar al gran maestre en el fraternalmente elevado trasero.
Las brujas besaban a su amante, el diablo, bajo el rabo...siglos de persecuciones, de torturas por buscar el retorcido camino de la salvación que abre el ojo pineal y la segunda visión. El camino de la redención parece apresuradamente cosido ante el temor de una multitud ansiosa por entrar en el laberinto.
La estaca en la que ardió Jacobo, el Molense, era infantilmente redondeada