LA ESPOSA DEL DIOS ELEFANTE

OM GANESHA
Sketch
Tinta y acuarela sobre Moleskine

Hay grandes ideas en el mundo. Eran grandes antes de que naciéramos y aún lo serán durante mucho tiempo después. El odio es una de esas ideas. Y el amor...Algunos las llaman dioses. Es fácil hablar con los dioses. Es fácil dejarse poseer por esas ideas.
Tendemos a ser poseídos arbitrariamente por estos dioses porque no los reconocemos como tales; una persona puede ser poseída por la pasión y Afrodita estará alrededor, o por la ira y entonces será Ares,el dios griego de la guerra...El mago, ese gimnasta del espíritu, evoca consciéntemente estos estados del ser y les da nombre para separarlos de su Yo.
El pasado 9 del 9 a las 9 horas exactamente yo quemé incienso y bebí vino para una de estas ideas, pues nueve es su número y era el mejor momento para invocarle. Quería una lengua de plata para cerrar mi próximo libro, quería conmigo la idea de la comunicación, de la inteligencia rápida, del hablar de los enamorados, del arte y del embrujo. Algunos la llaman Ganesha, Mercurio, Hermes, Toht, Odín, Daikoku Hashira, San Juan de Patmos, John Lennon...
A mi me gusta estar con Ganesha porque es un elefantito azul que lleva bambas y que además derriba obstáculos
Y porque una vez, cuando estaba sediento, me contaron ésta historia:
Un practicante de la doctrina tántrica kaula se dirigió a la floresta de Bundelkhand a buscar un gurú.
Vio a Matsyendranatha cubierto de cenizas azules bajo una higuera retorcida, venosa.
"Para que pueda aceptarte como discípulo tienes que traerme leche de mujer. Se hace necesario comenzar de nuevo desde la infancia."
 Éste buscador, al que llamaremos con tu nombre, fue a preguntar a Ganesha, el dios de la buena suerte, a la puerta de su templo. Al salir de su posternación  a las bambas del dios vio a una sacerdotisa del templo depositando flores en un altarcito de piedra roja y rosas negras.
Y éste buscador le pidió la leche a ella. Y ella le dijo que era virgen pero que trataría de complacerle y le pidió su escudilla.
"Me tienes que ayudar."dijo ella. La mano temblorosa del joven no supo cómo. Ella le guió. Llevaba el pecho desnudo.
"La leche te la de él." Dijo la esposa de Ganesha señalando la imagen de piedra del elefante azul.
Cuando el joven se retiró del templo un escultor ciego lo vio pasar. Trabajaba con el cincel y el martillo y el granito y el mármol reverberaban, ascendiendo en menudo polvo.

Comentarios

LO MÁS VISTO