UNO DE ESOS MAILS DE VERANO


EL PERSEO DE CELLINI DE LA PIAZZA DELLA SIGNORIA
DETALLE
TINTA Y ACUARELA
Apunte sobre Moleskine




(...) El Domingo mi hijo y yo embarcaremos en el puerto de Barcelona.
Empezaremos nuestro viaje rumbo a Marsella
Y en Marsella el mar huele más. La sopa de los primeros días. Aquí veré dos lunas rielando sobre las olas.
Ah, lo que tiene que ser hacer el amor contigo en ese camarote !!! O en cubierta como dos gaviotas...
Aquí está la isla de If, donde el conde de Montecristo planeó su regreso. Y su venganza
 Y aquí el Grial vino de Galilea a buscar un caballero, un rey y una reina, y un mago. Dicen que María Magdalena duerme aquí.
A poca distancia Aix en Provence la patria coloreada de Cezanne. También andaron por estas tierras  Vincent y Gauguin  Iban buscando tubos de oleo, puestas de sol, absenta y putas. Se encontraron una oreja cortada a navaja de barbero.
La Provenza de la cocina especiada y del vino.
Del sol caliente que no quema.
En Villefranche dicen que Ulises encontró la entrada al otro mundo. Una de tantas. Aquí están Mónaco y Montecarlo, donde se adoran a Memmon y al becerro de oro, así que la cosa no ha cambiado mucho desde el paseo por el otro lado del de la barba rizada y el remo al hombro.
Mejor nos pasamos por Niza y nos atizamos un perolín de mejillones
En Savona los lestrigones, gigantes caníbales, se comieron a los tripulantes de once de sus naves.

En la Spezia está el golfo de los poetas donde vivieron Shelley y mio caro Byron. Mi Byron...
Shelley se ahogó en estas aguas cuando la tempestad hizo naufragar el Ariel. Byron quemó el cuerpo de su amigo en la misma playa. Sólo quedó el corazón "como un trozo de caoba" y con él en la mano nado millas y millas mar adentro. El dolor y el cansancio estuvieron a punto de matarle a él también. Vomitó y hubo de ser sacado del agua desvanecido. Yo vi la tumba de Shelley en Roma, y la del capitán Trelawny,y la de Keats, en el cementerio protestante de la Pirámide lleno de gatos gordos comedores de penne a, rabbiatta.
Yo he nadado muchas noches desnudo en el mar. Incontables. Solo. Pues también y ya entonces tenía un dolor y un amor ausente anidados en el pecho.
Y un sueño
Podemos acercarnos a Florencia.
. En Florencia las calles son tan estrechas que el paso de un coche de tamaño normal le obliga a uno a arrimarse a la pared como un gato. Vaya por donde vaya uno encuentra puertas inmensas en las que ha habido que abrir otras más pequeñas para adaptarlas al tamaño de una persona, en algunas de ellas, la madera ha sido tallada para imitar el dibujo de la piedra.
En la Piazza della Signoria están el Perseo, un David de huevos de mármol y el rapto de las Sabinas. 
En Florencia aprendí a verte con los ojos abiertos en la oscuridad.
Por favor, ten siempre una maleta preparada...¿Lo harás?
(...)

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