DE AMORES Y REMOLINOS

Los callejones de Fez
Apunte en Moleskine- Acuarela y tinta china




La existencia de un gran remolino en el oceáno, capaz de tragarse los mayores barcos, parece ser común en muchos pueblos marinos. El etnógrafo Malinoswki la ha situado en Polinesia, entre lo que el llama los argonautas del Pacífico. Lo navegantes árabes medievales del Indico, y pienso en nuestro hermano de Basora, el gran capitán Sinbad, creían firmemente en tal fenómeno, el remolino amoroso" Dijo el jeque Abdú de fez limpiándose sus largos bigotes de restos de la jarira o sopa del profeta. " Aún así habrá muchos demonios que no le tengan miedo al agua, atravesaran canales y ríos. Incluso habrá muchos que aprovechen el verano para ir a las piscinas y a las playas. Los más elegantes irán a Saint Tropez o Marbella...Alguno se acercará a Casablanca y nadará en la misma onda en la que yo lo hago.
 Pienso que el amor, como el remolino, es un fenómeno sinergético," Aquí agitó la mano y nos salpicó a todos los que comíamos con él." es decir no cumple el principio de conservación de la energía. En la ley de la materia o energía amorosa, cuando tengo 8 y doy 3 me quedo con 5, en la del amor cuando tengo 8 y doy 3 me quedo con 11. En el conocimiento sucede lo mismo. Si doy una clase en la fragua a 15 personas, a 15 zoquetes, mi conocimiento pasa a ellos ( o a unos cuantos ) y yo no sólo no lo pierdo sino que lo aumento. Así en el amor y por tanto para amar a una persona no la he de quitar el amor a otras. Ademas, no se puede amar a una sola persona: o se ama a todo el universo, o lo que se llama amor es egoísmo a dúo.
Por otra parte desde la concepción del amor sufí de los renunciantes, de los danzantes, de los buscadores es imposible amar y pasarlo mal, porque el ser o no correspondido es irrelevante.

Un amor no correspondido será una irradiación pasajera que se lanza y de la cual se pasa a irradiar a otras cosas y personas. Empeñarnos en irradiar hacía una sola persona y que esta nos corresponda, es estancarnos en un neurosis obsesiva, lo cual no debe considerarse como un amor ejemplar y abnegado, sino como una estúpida negación de la vida. Hay tanto que ver, tantos objetos de amor en el mundo, que encerrarse en uno solo es atentar contra el propio flujo de la vida"


Dicho esto lanzó un sonoro eructo






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