BYRON Y LA OSA MAYOR
HOY, A PEAU PLUS LOÍN Acrílico sobre lienzo. 2012
Me serví un oporto tan añejo que tenía el color de los muebles de la biblioteca. Estaba gozando de la hospitalidad del señor C. en su finca de Trujillo. La chimenea encendida, los fuegos atizados con las revistas de decoración, el Caravaggio del salón; que lo presidia todo, las estanterías llenas, el bajo relieve del alquimista junto a la puerta del laboratorio, los mil cachorros de labrador. El señor C., restaurador y conservador, fue un de los que en un viaje, casi de pioneros, devolvió el Guernica a España. " Fui a por el hijo pródigo" Decía.
Cuando se fueron los invitados corrí a por el ejemplar de la vida de Byron de Maurois. El conjunto de maderas barnizadas, libros antiguos, espejos y bronces brillaba como un santuario cuando se encendían las lámparas Tyffanis.
PRIMERA ESCENA
Noche en el mar del Norte. El brazo de Byron rodea la cintura de su hermana desembocando en la arena con sus largos dedos. Su traje negro, algo húmedo, está cubierto por las ropas de Augusta y sus ojos grises están fijos en las olas. Ella duerme todavía. El, acaba de despertar de una pesadilla.
Nunca supe con qué criterio colocaba sus libros el señor C. Creo que el mismo los descolocaba con sus fantasías, emparejando Lawrence de Arabia con John Berger, Dino Buzzatti con Egil Skalagrimson. Había encontrado a Byron rápidamente, junto a los libros de coctelería con ginebra
SEGUNDA ESCENA
El lago Leman al atardecer. De nuevo el ritmo del agua acompañando los gritos salvajes aprendidos en Albania. Es por ellos que el grupo de Shelley, ( Mary, Claire y el doctor Polidori ) le llaman Albe. Todas las noches rema con el poeta tan acuático como él, pero menos amargo. Será su última amistad, que le trae serenidad y acabará en tragedia. Huye de los ingleses.
Era una primera edición de 1800, famosa entre los bibliófilos porque tiene un error en la paginación. Las liras de los respaldos de las sillas. Entonces, de entre sus páginas,cayó algo. Un manuscrito chino, antiguo, muy antiguo, a juzgar por el crepitar del amarillento papel de arroz y su traducción fijada al manuscrito con goma arábiga por la mano de un desconocido sinólogo. Lo leí y me dejó clavado al suelo. Estaba mirando una página del Tao Tsang o canon taoista, datado, aproximadamente, en el 600 A.C. Parecían ser unas incompresibles instrucciones meditativas y operativas dadas a los artistas de la época. Decía así:
"Visualiza la piedra de tinta de color rojo y el plato de agua como al sol y a la luna, respectivamente, al papel como unas tiras doradas, al pincel como un dragón de color verde y al humo del incienso como unas nubes blancas. Los empleados del símbolo están por encima de estas nubes (...) cuando esto se haya cumplido, forma en tu mano la señal de la Osa Mayor y visualiza las osas de las cinco direcciones que envuelven el cuerpo. Camina por la osa Huo Lo, oprime el punto del emperador en lo alto de tu mano y visualízate penetrando en las tres terrazas y en la Osa Mayor. "
Me serví un oporto tan añejo que tenía el color de los muebles de la biblioteca. Estaba gozando de la hospitalidad del señor C. en su finca de Trujillo. La chimenea encendida, los fuegos atizados con las revistas de decoración, el Caravaggio del salón; que lo presidia todo, las estanterías llenas, el bajo relieve del alquimista junto a la puerta del laboratorio, los mil cachorros de labrador. El señor C., restaurador y conservador, fue un de los que en un viaje, casi de pioneros, devolvió el Guernica a España. " Fui a por el hijo pródigo" Decía.
Cuando se fueron los invitados corrí a por el ejemplar de la vida de Byron de Maurois. El conjunto de maderas barnizadas, libros antiguos, espejos y bronces brillaba como un santuario cuando se encendían las lámparas Tyffanis.
PRIMERA ESCENA
Noche en el mar del Norte. El brazo de Byron rodea la cintura de su hermana desembocando en la arena con sus largos dedos. Su traje negro, algo húmedo, está cubierto por las ropas de Augusta y sus ojos grises están fijos en las olas. Ella duerme todavía. El, acaba de despertar de una pesadilla.
Nunca supe con qué criterio colocaba sus libros el señor C. Creo que el mismo los descolocaba con sus fantasías, emparejando Lawrence de Arabia con John Berger, Dino Buzzatti con Egil Skalagrimson. Había encontrado a Byron rápidamente, junto a los libros de coctelería con ginebra
SEGUNDA ESCENA
El lago Leman al atardecer. De nuevo el ritmo del agua acompañando los gritos salvajes aprendidos en Albania. Es por ellos que el grupo de Shelley, ( Mary, Claire y el doctor Polidori ) le llaman Albe. Todas las noches rema con el poeta tan acuático como él, pero menos amargo. Será su última amistad, que le trae serenidad y acabará en tragedia. Huye de los ingleses.
Era una primera edición de 1800, famosa entre los bibliófilos porque tiene un error en la paginación. Las liras de los respaldos de las sillas. Entonces, de entre sus páginas,cayó algo. Un manuscrito chino, antiguo, muy antiguo, a juzgar por el crepitar del amarillento papel de arroz y su traducción fijada al manuscrito con goma arábiga por la mano de un desconocido sinólogo. Lo leí y me dejó clavado al suelo. Estaba mirando una página del Tao Tsang o canon taoista, datado, aproximadamente, en el 600 A.C. Parecían ser unas incompresibles instrucciones meditativas y operativas dadas a los artistas de la época. Decía así:
"Visualiza la piedra de tinta de color rojo y el plato de agua como al sol y a la luna, respectivamente, al papel como unas tiras doradas, al pincel como un dragón de color verde y al humo del incienso como unas nubes blancas. Los empleados del símbolo están por encima de estas nubes (...) cuando esto se haya cumplido, forma en tu mano la señal de la Osa Mayor y visualiza las osas de las cinco direcciones que envuelven el cuerpo. Camina por la osa Huo Lo, oprime el punto del emperador en lo alto de tu mano y visualízate penetrando en las tres terrazas y en la Osa Mayor. "
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