SATYR,S PIE. Acrílico sobre lienzo-2011 Los pintores y los poetas caminan juntos. Se necesitan. Como
águilas y lobos. Exploran, antes que
nadie, territorios
desconocidos. Trazan rutas,
confeccionan mapas, cartografían espejismos...Muchas veces es el ojo cetrero el poeta el que guia el pincel del artista. Los versos de
Cirlot han tomado mis manos innumerables ocasiones, el color de la palabra. Viene a mi memoria, por curiosa y reveladora, lo que ocurre cuando es el poeta el que sigue la estela del pintor, la relación entre el
mexicano Octavio Paz y el francés
Marcel Duchamp. Es en 1966 cuando el poeta escribe "El castillo de la pureza." El libro contiene una reproducción en lámina
claracil del "Gran Vidrio." En 1973 escribe "la Apariencia Desnuda. La obra de
Marcel Duchamp." En su segunda edición añade un estudio sobre "
Etant donnés." Paz ofrece, en ambos, una lectura minuciosa y atenta de las notas, escritos y cartas de
Duchamp, toda acompañada de un intento de interpretación plagado de referencias a sabidurías herméticas (
Tantrismo, alquimia ), el mito de la diosa
Kali, la filosofía de Descartes y
Kant, la
poesía de
Mallarmé,
Heidegger, y una visión amplia sobre los desafíos tanto del mundo científico como del arte moderno, la cuarta dimensión y hasta
Giordano Bruno. Alude a las tres ciencias que rigen el universo
Duchampiano: "La
ironía, la metafísica y el erotismo." Acotando argumentos
podríamos decir que considera el Gran Vidrio como " Un objeto de cuatro dimensiones que es una Idea que se resuelve al cabo en una muchacha
desnuda, una presencia." ¿
Duchamp neoplatónico ? ¿ Versado en
teorías físico-matemáticas de
difícil comprensión ? Cuando el pintor lee las obras de Paz le contesta con un lacónico telegrama que dice
sucintamente: " Gracias, he
aprendido mucho."
Comentarios
El invitado gato se transforma en samurai del pincel.
Un abrazo