UN MUNDO MISTERIOSO

LA NOVIA MISE A NÚ
Acrílico sobre lienzo-2011




Uno de los alumnos del maestro calígrafo Arashi san era un hombre de extremos. Pasional en todo, cuando amaba, lo hacía hasta ahogar al objeto de su atención. Cuando odiaba, ocurría otro tanto. El aire fresco se esfumaba. No sabía amar, no sabía odiar, no sabía vivir.
Buscando conocimiento y respuestas decidió viajar al lejano Kailash en el corazón del Tibet. El Kailash es el templo de lo absoluto. A diferencia de cualquier catedral, mezquita o templo no está hecho por la mano del hombre. El Kailash simplemente existe, siempre ha estado allí. Es considerado símbolo sagrado para la mayoría de las religiones del sur de Asia: Budista, hinduista, jainista, bon po...Muchas peregrinaciones son arriesgadas, pero esta lo es más. Te juegas la vida, es una senda sin retorno. Se preparó durante largos años, estudió tibetano, acondicionó su cuerpo para la altitud extrema, calmó su mente con la meditación, abandonó el pincel. Nunca más volvimos a verle. Sabíamos, sin embargo, que ya había empezado el viaje.
Después de muchas penurias conoció a un lama que vivía en una cueva en una de las estribaciones del monte. Consintió en responder a todas sus preguntas. Con una sonrisa le respondió en perfecto inglés: "¿Conocimiento ? ¿ Buscas conocimiento ? Si quieres respuestas para los grandes misterios del hombre vuelve a Londres. Allí está la casa de York Road donde se oyen en la oscuridad las conversaciones que mantienen en susurros horripilantes sombras sin cuerpo; la logia Tong de la mujer serpiente, en las cercanías del moderno Globe Theatre, donde jamás ha puesto el pie occidental alguno con la excepción del pintor y mago Austin Osman Spare; el fantasma de Crowley que roba el curry en los restaurantes indios del Soho; la mansión de Hibbert road, donde sirve el té un mayordomo que lleva varios siglos muerto; los hechizos de la sacerdotisa de Amón en la gran logia masónica de Inglaterra; los cuervos videntes de la torre de Londres; y la fabulosa vivienda de Picadilly street, donde los espejos reflejan imágenes de épocas pasadas. Vuelve a Londres, hijito..."
A su vuelta este hombre escribió una carta a Arashi san:" Desde la cima que hemos alcanzado sólo se ve un horizonte infinito iluminado desde poniente, lleno de la esperanza, no ya de una nueva aurora, sino de la belleza del instante presente. Ya no existe camino. Nuestra plenitud está vacía, no se llena nunca. La meta está a cada instante del paso que se acaba de dar. He ido allí sin papel, sin pluma y sin cámara fotográfica. Como la realidad es inefable no se puede pronunciar. El mundo es misterioso. Dejemos que siga así."

Comentarios

Rubén Sanz ha dicho que…
Me encanta
Anónimo ha dicho que…
anonimo.Rozando el cielo

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