LLOVIENDO GRACIA

FURTIVE ELLE EN ÉL (DETALLE)
Mixta sobre lienzo-2010



Lo que hoy llamamos relajación profunda o distensión psiquíca quizá en otros tiempos fue llamada gracia. La gracia, que no es sino esperanza cumplida, cuando hace su aparición es fulgurante y un resplandor de dicha nos inunda de la planta de los pies a la coronilla. Está lloviendo gracia nos decimos. La habíamos buscado y no aparecía y al aparecer no tenía la más mínima relación con lo buscado. La han llamado serpiente de fuego, Kundalini, y libido. En un parpadeo se corren los velos y la realidad es vista tal cual es. Es nuestro deber confirmar tal realidad. Ver un objeto del mismo modo que un espejo refleja nuestra imagen. Te puede golpear la gracia oyendo el graznido de un enorme cuervo en los bosques de Narita o frente el Guernica de Picasso, te puede golpear frente al cuerpo desnudo de tu amante o cuando un conductor violento te increpa desde otro coche.
Por su naturaleza evasiva, por su velocidad de manifestación, quizá la gracia actúe como la electricidad, por ondas, por impulsos, atravesando la materia más densa y haciendo explotar en la mente del experimentador las barreras del tiempo y edad. La gracia es sentida como una presencia.
Existen métodos y maestros, pero no vendedores de gracia; técnicas y expertos, pero ni loros con alzacuellos, ni hábiles conferenciantes, ni multitudes reunidas lanzando invocaciones a Sirio, ni pícaros artistas pueden darnos aquello que ya duerme en nosotros.

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