ABSENTA EN PARÍS

N 156
Mixta sobre tabla-2010



La primera vez que viajé a París me costeé el viaje haciendo contrabando de absenta. Eran los felices ochenta. Unos amigos y yo compramos la bebida del hada verde en el pueblo de Bocairente, en la sierra valenciana, en una destilería que yo había descubierto en unas maniobras militares mientras hacía la mili. Nos fue relativamente fácil vender las cajas. Esta bebida estaba prohibida en Francia. La verdad es que nos las quitaron de las manos tras aparcar en Montmatre. Recuerdo los colores, los olores, las visiones de aquél viaje. El brebaje, claro...
Recuerdo estar en una cava con mucho humo y luz dorada oyendo cantar a Jane Birkin en bragas, bellísima. Yo seguía bebiendo absenta, entonces ella se me acercó y me preguntó que tenía en el ojo." La huella de un cuadro", conteste. " Un poema fantasmal"
"Es una flor malsana " me dijo.
También estaban por allí Emmanuelle Béart y Michel Piccoli, la una posando para el otro, desnuda como Afrodita saliendo del mar.
Y Henri Salvador, al que invité a una absenta, " Le flon flon, mon amí ", sonrió... Me dijo que le sabía a ajenjo de flores. ! Otra vez flores ! pensé. A mí me sabía a ala de libélula. Salimos juntos del local y bajamos cientos de escaleras hasta un Pigalle decadente y feliz. Hablamos de pintura: " Al observar la obra que realiza su mano, el artista no deja de obsevarse", murmuró
" quien posea esta clase de autoconciencia, no es solamente un artesano".
Desde entonces he ido mucho por París. Unas veces por asuntos del pincel y otros del sable. La última, invitados por el sensei, eché de menos una absenta como en los viejos tiempos. Soñé que me tomaba una en un hotel de Vincennnes frente al bois. Entonces me atacó un fantasma orgulloso y decrépito. Lo até al bastidor y mojé la hoja de la espada en azul Klein. A mi espalda el maestro, en perfecto japonés, me citaba fragmentos del Arte de la guerra de Sun Tzu: " Lanzaos sobre el enemigo con la misma energía con que lo hace el halcón sobre su presa. Infaliblemente le rompe los riñones, porque aguarda el momento oportuno".