"NO SON CUADROS"
Acrílico sobre lienzo-2010
Rothko sintió respirar los frescos de la Villa de los Misterios en Pompeya. Años después, el sensei Arashi san, sintió respirar los cuadros de Rothko que se exponen en el Kawamura Memorial Museum en la prefectura de Chiba, en la ciudad de Sakura, cerca de Tokyo. Curiosamente, también, muy cerca de la villa de Narita donde está el dojo en el que por primera vez él había empuñado un pincel y una espada de madera. Rothko decía de su obra: " No son cuadros" otorgándoles así una cualidad vital única, reparando en que estaban bien vivos. De ahí lo de la respiración...
Ni un sólo día el sensei dejaba de practicar sus ejercicios respiratorios, su rutina de Aiki taiso, compuesta de mantras y soplos, inspiraciones y mentalizaciones que guiaban la consciencia. Descubrió que de las tres fases respiratorias, inspiración, retención de la misma y expiración, la primera corresponde a lo que se obtiene del sol, la segunda a lo que nos une a la tierra, y la tercera a lo que se devuelve a los cielos. De manera que cada vez que antes de sus prácticas de Sumi-e practicaba el arte de respirar consciente, constataba con dulzura la extrañas relaciones que se tejen entre la vida y el Cosmos, pues no existe un solo acto, por pequeño que este sea, que no repercuta tanto arriba como abajo.
La respiración actúa sobre nuestro proceso de confección de ideas. Pensamos según sea nuestro ritmo respiratorio, siendo lo más lento también lo más hondo. En el arte lo que se busca es más profundo que obvio, más secreto que público. Lo que se agita siempre es superficial. Lo que se agita no suele estar vivo. Lo que respira, sí.
Comentarios