LOS CINCO ELEMENTOS

HUGE DESNUDO LISANT
( SERIE -LAS FORMAS DE NUESTRA SED )
Mixta sobre tabla-2010




Directamente desarrollada a partir del Budismo tántrico tibetano, la doctrina Mikkyo, budismo esotérico o conocimiento secreto, enseña que todos los aspectos de la existencia material se han originado a partir de una misma fuente y pueden ser clasificados en una de las cinco primarias manifestaciones de los elementos:
KU- el vacío, o la fuente de la energía subatómica, la nada que forma todas las cosas.
FU- el viento. Elementos en estado gaseoso.
KA- el fuego. Elementos en un estado de liberación de energía.
SUI-el agua. Elementos en un estado fluido.
CHI-la tierra. elementos en un estado sólido.
Como una forma de visualizar la creación se enseña que Ku, el vacío, se cargó con polaridades que más tarde se transformaron en diferentes grados de carga electromagnética. Estas cargas formaron átomos que devinieron en gases, Fu, que se plegaron sobre sí mismos para convertirse en reacciones energéticas, Ka. Después las moléculas se convirtieron en vapor de agua, Sui, para acabar solidificandose, Chi. Para estudiar la relación del hombre con el resto de la creación- Física, emocional, mental y espiritualmente- la manifestación de los cinco elementos es observada de manera ascendente a partir del elemento tierra que es probablemente el nivel más simple con el que identificarse.
Combinaciones de átomos, con sus núcleos y partículas orbitantes son vistas como modelos del universo. De la misma manera el cuerpo humano puede ser visto como una miniatura de la naturaleza. Microcosmos y macrocosmos.
En el cuerpo humano, Chi, la tierra, corresponde a los huesos, dientes y músculos. Sui, el agua, corresponde con los fluidos corporales. Ka, el fuego, es visto como los procesos metabólicos y puede ser experimentado como la temperatura corporal. Fu, el viento, está asociado a los procesos respiratorios. Finalmente Ku, el vacio, se manifiesta como la capacidad de comunicarse con otros ya sea o no verbalmente.
Psicológicamente las cinco manifestaciones elementales que sentimos alrededor en este plano físico son equiparables a los estados de búsqueda y elevación de nuestro Yo interior. Nos movemos arriba o abajo en esta escala, o somos influenciados en nuestras reacciones por un
elemento u otro. Lo llamamos cambios de conciencia o, en un plano más terrestre, cambios de humor.
Nuestro verdadero centro de gravedad es la espina dorsal que los japoneses simbolizan y asocian a la forma danzante de un Gorin
( Stupa en la India, Chorten en Tibet ) y que podemos ver en los templos y santuarios. Un Gorin es la manera de simbolizar los cinco elementos, verdadera abstracción, no se me ocurre una manera más hermosa de mostrar al ojo curioso una verdad inefable.
Cualquier escuela que no enseñe a sus estudiantes, sin ignorar el centro físico ventral, a elevar su consciencia y alcanzar otros centros, para así llegar al centro único origen de todas la causa no es una verdadera escuela.
Ya se trate de un arquero, de un espadachín, de un practicante de la ceremonia del té, de un actor de Kabuki o de un experto en arreglo floral la meta es siempre la misma.
¿ Como se comportaría un artista ante el gorin de la obra a realizar ?
La base cuadrada es el elemento tierra. Es por lo tanto la estabilidad y el equilibrio sobre el cual el pintor ha de encarar el soporte en blanco al inicio del trabajo. Si colocarse en el taller con las piernas abiertas y los brazos en las caderas es fácil, no ocurre lo mismo cuando debemos encarar los principios inherentes a la tierra: Territorialidad, procreación, subsistencia.
El elemento agua representado por el circulo, la perfecta gota esférica caída, está presente en el momento en que el color es dispuesto, los pigmentos mezclados y el pincel embadurnado y elevado hacía el cielo. " Hay que centrar el cuerpo para que el agua al derramarse no apague el fuego de la energía " Repetía una y otra vez Arashi san. Es en el vientre, centro motor, donde se encuentra la mayor cantidad de agua y donde los deseos son generados. Los ritos de purificación como el Mishogui, que implican una ética sin falta, son los medios para pasar del elemento agua al fuego. Sin esta purificación de vida tal vez conozcamos el centro único pero habremos olvidado el centro del corazón. El elemento fuego está simbolizado por el triángulo y se sitúa en el pecho y la garganta. En este punto ya no es la emoción sino la mente lo que nos atañe. El fuego separa el oro de la miasma. El buen maestro es una llama constante que nos refina.
No se alcanza el objetivo con la mano, la mano llega al objetivo. Adquirir una consciencia abstracta no es sencillo. Para el pintor ZEN La intuición debe ser desarrollada ya que sólo a través de ella podremos penetrar en el elemento aire. Entonces entramos de manera natural en comunicación con nuestro propio Yo y experimentamos el último elemento: El vacío perfecto, el perfecto silencio, allí donde el pintor ( el estado de vigilia ) el pincel ( el estado de sueño ) y la obra ( el momento de despertar ) dejan paso a un cuarto estado que transciende a todos. El instante único. Sólo ahora.

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