ESPEJO DE TINTA

Apunte-1992
La magia de la tinta. Hace muchos años que leyendo THE LAKE REGIONS OF EQUATORIAL AFRICA del capitán Burton supe de los espejos mágicos. Afirma haberlos usado cuando se hacía pasar por un derviche vagabundo y curandero que tenía su tenderete en una esquina del barrio viejo del Cairo. Allí estudió los caminos del profeta bajo la supervisión de Al Attar, el droguero. Años después supe más cosas de ellos gracias a Borges y a su historia del más cruel de los gobernadores del Sudán, que fue Yakub el doliente.
Mi sorpresa fue grande cuando vi tratar con ellos a varios vecinos por Abdú de Fez, el forjador. El espejo mágico se dibuja en la mano del paciente. Los números árabes son los siguientes:4,9,2/3,5,7/8,1,6 que suman 15 en cualquier dirección, incluso diagonalmente, La mancha en el centro es tinta vertida desde cierta altura, donde el médico puede ver el futuro del paciente. El viejo jeque bigotudo curó a un lugareño de escrófula, a otro la tiña, y a una dueña la libró de unas verrugas como habas de temporada.
" Las cicatrices sanan si dejas de hurgar con el dedo " Me dijo " Tu has venido aquí buscando conocimiento. No lo hallarás si previamente no curas tus heridas. Sé de tus pesadillas. Piden explicaciones al fondo de la noche. Son enroscadas las espirales de los sueños. Necesitan interpretes. Antes y después del José del Egipto de antes de las arenas hubo multitud de especialistas en descifrar pesadillas. El doctor Jung no es el último. Probaremos contigo el espejo mágico" Y agarró mi mano con la fuerza del que ha nacido en una fragua. No pude negarme...
Cayó la tinta sobre mi palma y lo hizo sordamente. Los ojos buscaron la señal en la mano ahuecada. Los ojos se velaron sin cerrarse. Soñé despierto. Con la espada cuyo destino no es el pecho de un hombre, sino un verso. Soñé con la pared y el eco. Tuve sueños abstractos nacidos de pinceladas. Soñé mis pasos en el laberinto mientras la tinta desbordaba. Como el mismísimo Yakub soñé " Las estatuas de pájaros y reyes que hay en el corazón de las pirámides, la sombra proyectada por el toro que sostiene la tierra y el pez que está debajo del toro " Soñé que alguien me soñaba y que los hombres seguirían soñando cuando yo ya no pudiera hacerlo. Entonces el jeque sacudió mis hombros y gritó: " Ya! Al taller, a trabajar perros"
Los caminos del pincel y de la tinta. Sigo soñándolos.