LA MÚSICA DEL COLOR

TENDIENDO PUENTES-6 ( Serie )
Acrílico sobre lienzo-2009



Todos hemos podido experimentar el poder evocativo de la música o simplemente del sonido. Ciertas progresiones, ciertas calidades de sonido, sus combinaciones, provocan en el oyente sensaciones y emociones particulares. Este increíble fenómeno es el resultado de una resonancia afín activada desde el interior por el oyente. Esta resonancia puede también desencadenar emociones mentales con experiencias fuertemente vividas, aun cuando la conexión entre sonido y memoria parezca oscura o desconocida.
Los Vedas nos dicen que todo aquello que se percibe como sonido es SHAKTI, poder divino, pero el Principio Mismo, PARASAHDA, es insonoro. El sonido precede a la forma, y, para ciertas verdades el oído es anterior a la vista. Es más importante saber oír que saber hablar. Al comienzo de nuestra vida, ya en el vientre materno, el oído es sensible a las vibraciones extrauterinas. Al final, instantes antes de morir, también es el oído el que nos mantiene en contacto con la realidad circundante. En medio, el aprendizaje voluntario y fascinante de oír la vida pasar.
El color es una vibración y por lo tanto sonido. Cada obra es una pequeña pieza que el ojo lee y la piel escucha. El corazón ajusta su baile a lo sentido. Así el color rojo corresponde a la nota Do, el naranja es Re, el amarillo es Mi Bemól, el verde es Fa, el azul es Sol, el índigo es La Bemól y en el violeta vibra la nota Si. La pintura es poesia y oración. El pintor con el pincel en la mano toca , muy lentamente, terceras descendentes en una escala menor, va pautando la melodía, la resuelve, la suspende, la resuelve de nuevo. La linea melódica sube, desciende lentamente, un grado después de otro. El tiempo queda como suspendido. No hay ninguna pulsación reconocible. El ritmo es libre, pero las octavas interiores casi pueden sentirse en la oscilación, en la dirección de cada pincelada.


Al pintor le es dado conocer algo del misterio del sonido.

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