LOS OJOS DEL GATO

FERAL
Acrilico sobre tabla. 1999



Arashi San en su pintura situaba al hombre en el centro del paisaje.
Siempre atento a sus alumnos, jamás erraba en su puntualidad a la hora de recibirlos ( Diez minutos antes de la hora de la cita, protocolo japonés ) y a la hora de despedirlos, arañando instantes al tiempo. Había un gato por el atelier. Le llamaba Usagi, que quiere decir conejo, emulando así a los paelleros de la albufera valenciana tan propensos al gato por liebre, quizá en un alarde de humor contenido. El gato se paseaba por la estancia, el maestro le miraba y se sonreían con un movimiento rítmico de párpados. " La clase ha acabado " Decía entonces y yo alucinaba... ¿ Como podía saberlo y acertar certeramente ? Un día se lo pregunte...
" El reloj es un invento de los suizos para sacarnos la pasta " dijo socarrón limpiando los pinceles " Cuando era niño aprendí una canción en mi escuela: 6 redonda, 5 y 7 huevo, 4 y 8 caqui, 9 aguja. El gato es imprescindible para mi. Sin él estoy perdido. Me enseñaron a medir el paso del tiempo según el tamaño de las pupilas de los gatos. A las seis las pupilas del gato son enteramente redondas, mientras que a las 5 y a las 7 tienen forma oval. A las 4 y a las 8 se estrechan y toman la forma de un caqui, a las 9 se estrechan aún más hasta el punto de parecer una aguja. Eso es todo"
Me quede clavado en el sitio preguntándome que escuela enseña tales cosas a los niños.

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