UN ANDAMIO PROVIDENCIAL

TENDIENDO PUENTES 4 ( Serie )
Acrílico sobre lienzo




Una de las pinturas más extraordinaria de las que tenga noticia está en Venecia. Se trata de una pintura barroca, atribuida a un tal Fumiani, que está en la iglesia de San Pantalón. No se si el nombre de esta iglesia alude a un santo parte de la leyenda áurea o se refiere al viejo panzudo cascarrabias, Pantalone, personaje de la Comedia del Arte, que sin duda se merecería ser elevado a los altares. De Fumiani no he podido encontrar dato alguno.
La obra está ejecutada en un cielorraso, en perspectiva anamórfica. No posee la elegancia de las pinturas de un Tiepolo, tiene un claroscuro alucinante, figuras sólidamente alumbradas, pilares, tronos, tramos de escalera, trípodes y un humo de los incensarios tan real que puede olerse. Lo más sorprendente de todo es que, si se exceptúa una legión de ángeles en el centro, no hay a la vista ningún elemento de significado religioso: ni Virgen, ni Cristo, ni Padre barbado, ni palomas, ni aureolas, ni cruces, ni hostias, nada...Sólo vacío. Un hermoso vacío hacia el que la vista fluye y se embelesa. Los ángeles ascienden no hacia una divinidad sino hacia un hermoso blanco. ¿ Seria posible que Fumiani, en una revelación epifánica, hubiese intuido el vacío, no como la temible nada cartesiana sino como lo pleno no manifestado y lo hubiese plamasdo así, bellamente desnudo, como si fuese un pintor chino de la dinastía Song ? ¿ En pleno Barroco ?
Me temo que la explicación es mucho más prosaica. Un sacristán que vio mi interés se dirigió a mi y me contó que el pintor no había podido acabar la obra debido a un desafortunado accidente.
Ántes de terminarla se había caído del andamio, perdiendo la vida...
El azar y Fumiani. El arte. La iglesia muda. El andamio providencial.

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