CIGARRA: CANTO Y MUDA

TENDIENDO PUENTES 7
Acrílico sobre lienzo.




En pintura lo que distrae sobra. Contrariamente a lo que se podría pensar, este descubrimiento no me consternó. Lejos de abatirme, me incitó a seguir buscando. Decidí limpiar. Demasiado
" colorín " como decía Zóbel, demasiada materia. Había que volver a la desnudez inicial, a lo básico, a la placenta generatriz. Liberarme de esa parte vacía y vacante de mi mismo que se reflejaba en el trabajo. Empezar de nuevo. Las cigarras tienen una ventaja sobre las demás criaturas del quinto día: Cuando mudan, su antiguo ser las abandona de una manera muy visible, como si se tratase de un vestido viejo, de una funda vacía donde no canta más que un viento triste. En la entomología se da a estas mudas de insectos el hermoso nombre de EXUVIE. Parece el nombre de un vals, o de un tango bastardo. Un hermoso baile en todo caso. Decidí aceptar el envite y bailar tal polka. Mudar y liberar mi obra de tantos inútiles EXUVIES.
Volví en mis últimas series ( El huésped- La forma de la pequeña idea- Tendiendo puentes.) a los colores blanco, negro y rojo ( Los colores que desnudan las calles de Narita en Japón, los colores primeros, tan poderosos ) y empecé desde ahí a buscar...
El trabajo me hacía.
No hay posibilidad de evolución de manera mecánica. La evolución es conciencia. Y la conciencia no puede evolucionar inconscientemente. La evolución de la obra es la evolución de la voluntad, y la voluntad no puede evolucionar involuntariamente. La evolución de la obra es el resultado del poder de hacer, y el " hacer " nunca puede ser resultado de lo que " sucede " Nunca.
Y por ahí vamos...

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