LA FLOR EN LA MANO

Acrílico sobre lienzo-2008
Cada uno sueña distinto, pero hay pesadillas universales. Se dice que los sueños parecidos son
" Como las formas de leones o caballos que a veces configuran las nubes". También las nubes de cuando en cuando se asemejan hasta hermanarse, plasmadas plásticamente gracias a los vientos, la evaporación del agua y el ojo de quien las contempla.
Sueño que un viajero de Levante, un buscador, un marinero borracho, me habla de ciertos monasterios de las danzantes, protegidos por las tormentas de arena y las tribus nómadas, donde las mujeres se abrazan extrañamente a los árboles y hacen que los mundos giren. Me dice que pueden estar cerca de las casas de poder de Sarí en el Tibet, de Mazar-i-Sharif en la tierra de los afgulis, de Khizilgán en el oasis Keriya del Turquestán chino, en las montañas del Rif en el norte de Africa, y hasta cerca de Yangí Hissar en Kashgaria. Casas con alas. El Colegio Invisible. El oyó hablar de los monasterios en el tekkeh de la orden Yeseví en Tachkent. Un día yo mismo llego a uno de estos lugares de baile. No estoy soñando. Allí se me informa de que han soñado conmigo.
Recuerdo una cita de Coleridge" Si un hombre atravesara el paraíso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar encontrara esa flor en la mano...
¿ entonces qué?"
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