LA IMAGEN LEÍDA

Pirro- Apunte




! No, no ! Las aventuras primero, las explicaciones después.
Lewis Carroll


Es gracias a la Enciclopedia Británica y a los estudios de G. S. Talbot sobre los filósofos presocráticos que conocemos esta curiosa historia de Pirro, el padre de la corriente de pensamiento conocida como escépticismo.
Pirro siguió a Alejandro el grande en todas sus campañas. Estuvo a su lado en el templo de las arenas de Amón, en las casas de la curación del Pamir, en la jungla de Todoslosmosquitos, en los monasterios de las danzantes de Kafiristán. Juntos fueron testigos de los milagros que realizaban aquellos hombres santos, medio desnudos, que en la lejana India retorcían su cuerpo y sus mentes hasta límites increíbles: Los yoguis, gimnosofistas como ellos les llamaron.

A Pirro, tras un asedio a una ciudadela de la Bactria, le correspondió como botín, junto con otras fruslerías, una mujer extraña de ojos rasgados y modales de gato venida del lejano Este. Todas las mañanas el griego la veía salir de su tienda, sentarse en el suelo a respirar como sólo las esfinges pueden hacer, para después sacar de un saquito unas varillas de madera de sándalo que arrojaba al suelo. La mujer al observar detenidamente la disposición de las caidas varillas en el suelo trazaba en la fresca arena una serie de lineas que formaban extrañas figuras. Este momento fue uno de los más importantes en la historia del arte y de la filosofia del mundo antiguo que no se repetiría hasta el Renacimiento con el encuentro de Leonardo da Vinci y Luca Paccioli. Pirro había sido testigo del trazado de un hexagrama del I Ching, o sagrado libro de los cambios. Vio asombrado la primera representación de la pintura abstracta, también llamada "no figurativa", un titulo que justamente alude a su aspecto, destructor si se quiere, de las tradicionales imágenes inspiradas en el universo de la aparente realidad visual para mostrar nuevas realidades. Además, aparte de la emoción que la imagen en sí suscitaba, esta podía ser leída como oráculo.
La mujer invitó a Pirro a consultar el I Ching. Pirro se acercó receloso, no en vano era un escéptico, se escupió en la palma de la mano, quizá llevado por el impulso lúdico de aquél que ha oído las canciones de los marineros, y tiró las varillas.

" Wei yi " Interpretó la mujer " Progreso y éxito " " ¿Seguro?" Preguntó Pirro. " Vemos a un joven zorro que se encuentra a punto de cruzar un torrente: El zorro tiene la cola inmersa en el agua, es decir está cruzando el torrente pero aún no ha llegado a la otra orilla. El sujeto de la tercera linea va detrás de asuntos que aún no ha realizado, y es comparado al rey Wu Ting, cuya empresa duró tres años. El sujeto de la sexta linea celebra sus éxitos, exponiéndose así a riesgos que implican nuevos acontecimientos. Salvadas todas la dificultades, vendrá el éxito, y con él un nuevo peligro y maravilla: La repetición otra vez de todas la situaciones del I Ching." Y Pirro miró en silencio y no dijo palabra.

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