DIALOGANDO CON DURERO


Viendo el grabado de Durero " El caballero, el diablo y la muerte "
Al paso hacía el cráneo que nos recuerda nuestra naturaleza finita y la promesa de conocimiento. Atrás queda la salamandra, definitivamente viva después de su combate contra el fuego y la rémora. El perro nos sigue. O nosotros a él. Pasamos sin ni siquiera mirar al gran mengue, que se aferra a su vara de arlequín y saca la lengua siempre lujurioso. Cada hombre y cada mujer son una estrella. La muerte nos sigue. Nos dice al oído " ¿ De qué te quejas ? Aún no te he tocado. Cabalga. porque vivir no es necesario. Cabalgar sí." La muerte monta siempre a nuestro lado con la rienda floja. Nos muestra un reloj de arena y sonríe. Nosotros conocemos las dos dimensiones del tiempo: Longitud, que viene dada por el sol y la luna, e Intensidad, marcada por las pasiones.

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