LA LUZ DE LOS DÍAS JÓVENES

La piel pintada
Mixta sobre tabla.



Si hemos de hacer caso a los cabalistas, Adán y Eva, antes de la caída, vestían ropas del luz. La carne, ese estado más bajo y denso de la materia, viene tras la pérdida. Encarnar en la piel es tener límites en lo opaco. Solo cuando el otro mundo, el inefable, se acerca a nosotros, la piel se convierte en luz, vestimos los fotones de los días jóvenes y excedemos los límites de nuestro propio cuerpo.

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