LAS PUERTAS DE LA PERCEPCIÓN
Eran cinco y estaban, de alguna manera, " colgados ".
El doctor Hoffman les mostró una carta del tarot: El Loco; en la versión de la "Resurgente Orden del Grial " vemos a un hombre contemplando un reloj de arena, viste una camisa roja, lleva lo que parece ser un cartapacio lleno de papeles en la mano izquierda y mientras un fuerte viento le arranca el sombrero, un gato le observa desde lo alto de un muro con los restos de su última presa entre la patas.
El primer sujeto del experimento estaba dormido y no vio nada. Siguió durmiendo.
El segundo iba hasta las trancas de nicotina, cafeína, pesticidas, televisión, exceso de carbohidratos, consevantes, acidulantes, deficiencia proteínica, religión, moral y todos los demás elementos de la nefasta dieta con la que somos alimentados. " Oye " Dijo, " Cuidado con ese gato..."
El tercero fumaba hachís. Cuando le fue mostrada la carta, sonrió como si padeciese dengue o béri-béri.
El quinto hombre estaba viajando con peyote. Sus ojos bailaron cuando dijo solemne: " No entendéis. Es un poema. No está escrito con palabras sino con colmillos.
El quinto había tomado un enteógeno y no dijo nada. Se volvió hacía la pared y se limitó a honrar al gato reconociéndolo como el padre de todo el universo.
Entonces el loco les hablo a todos en sus sueños. Añadiendo un velo más frente a sus ojos, conmocionó sus corazones diciendo: " Todos sois el gato. "
Ninguno le entendió...
El doctor Hoffman les mostró una carta del tarot: El Loco; en la versión de la "Resurgente Orden del Grial " vemos a un hombre contemplando un reloj de arena, viste una camisa roja, lleva lo que parece ser un cartapacio lleno de papeles en la mano izquierda y mientras un fuerte viento le arranca el sombrero, un gato le observa desde lo alto de un muro con los restos de su última presa entre la patas.
El primer sujeto del experimento estaba dormido y no vio nada. Siguió durmiendo.
El segundo iba hasta las trancas de nicotina, cafeína, pesticidas, televisión, exceso de carbohidratos, consevantes, acidulantes, deficiencia proteínica, religión, moral y todos los demás elementos de la nefasta dieta con la que somos alimentados. " Oye " Dijo, " Cuidado con ese gato..."
El tercero fumaba hachís. Cuando le fue mostrada la carta, sonrió como si padeciese dengue o béri-béri.
El quinto hombre estaba viajando con peyote. Sus ojos bailaron cuando dijo solemne: " No entendéis. Es un poema. No está escrito con palabras sino con colmillos.
El quinto había tomado un enteógeno y no dijo nada. Se volvió hacía la pared y se limitó a honrar al gato reconociéndolo como el padre de todo el universo.
Entonces el loco les hablo a todos en sus sueños. Añadiendo un velo más frente a sus ojos, conmocionó sus corazones diciendo: " Todos sois el gato. "
Ninguno le entendió...
