LA CIUDAD DE LA LOBA Y EL GATO
Roma, la de los muchos nombres. Roma, pero también Amor y Floralia...
La ciudad de la loba y el gato. El gato fue llevado por Cleopatra desde Egipto y como todo el mundo sabe desciende de un Dios. Los hay enormes, atigrados, perezosos, siempre atentos al vuelo de las aves. Fellini que conocía muy bien la ciudad, mostró en una de sus películas el aullido de una loba y un gatito al que se le ofrece un platillo de leche. Si se va a Roma hay que honrar a la loba y al gato. Presentar nuestros respetos. El gato se dará por satisfecho con nuestra curiosidad y con algunas raciones añadidas de alimento. La loba... Con nuestro amante hay que bajar a las grutas más profundas y quemar allí incienso en los altares de Mitra.
El mitraismo es mucho más antiguo que el cristianismo. En aquellos días el culto a Mitra se extendía desde las orillas del Mar Negro hasta las montañas de Escocia. Por muy poquito nuestra civilización no es mitraíca en vez de judeocristiana... Las iniciaciones en los misterios mitraicos constaban de siete grados, y suponian la celebración de fiestas sacramentales en las que se consagraba el pan y el vino. En estas ceremonias había sacerdotes que ofrendaban plegarias, entonaban himnos y tañían campanas-como en la iglesia católica-en el momento más solemne del ritual : La exposición de Mitra acomentiendo un toro, la tauroctonía.
El dios Mitra nace de una virgen un 25 de Diciembre, y es adorado por los pastores en una cueva. Asciende a los cielos y allí alcanza al gran toro cósmico. Apoya su rodilla izquierda en el lomo de la bestia para inmovilizarlo, eleva el cuello del toro por los ollares y con su espada realiza el sacrificio. El Dios Mitra es a la vez sacrificador y sacrificado. De la sangre del toro nace la vid y de su semen el trigo. La capa del Dios orea con un viento suave y alberga el sol y las estrellas. Se ha creado el mundo. Con la espada, claro, o el pincel, o el Verbo.

La ciudad de la loba y el gato. El gato fue llevado por Cleopatra desde Egipto y como todo el mundo sabe desciende de un Dios. Los hay enormes, atigrados, perezosos, siempre atentos al vuelo de las aves. Fellini que conocía muy bien la ciudad, mostró en una de sus películas el aullido de una loba y un gatito al que se le ofrece un platillo de leche. Si se va a Roma hay que honrar a la loba y al gato. Presentar nuestros respetos. El gato se dará por satisfecho con nuestra curiosidad y con algunas raciones añadidas de alimento. La loba... Con nuestro amante hay que bajar a las grutas más profundas y quemar allí incienso en los altares de Mitra.
El mitraismo es mucho más antiguo que el cristianismo. En aquellos días el culto a Mitra se extendía desde las orillas del Mar Negro hasta las montañas de Escocia. Por muy poquito nuestra civilización no es mitraíca en vez de judeocristiana... Las iniciaciones en los misterios mitraicos constaban de siete grados, y suponian la celebración de fiestas sacramentales en las que se consagraba el pan y el vino. En estas ceremonias había sacerdotes que ofrendaban plegarias, entonaban himnos y tañían campanas-como en la iglesia católica-en el momento más solemne del ritual : La exposición de Mitra acomentiendo un toro, la tauroctonía.
El dios Mitra nace de una virgen un 25 de Diciembre, y es adorado por los pastores en una cueva. Asciende a los cielos y allí alcanza al gran toro cósmico. Apoya su rodilla izquierda en el lomo de la bestia para inmovilizarlo, eleva el cuello del toro por los ollares y con su espada realiza el sacrificio. El Dios Mitra es a la vez sacrificador y sacrificado. De la sangre del toro nace la vid y de su semen el trigo. La capa del Dios orea con un viento suave y alberga el sol y las estrellas. Se ha creado el mundo. Con la espada, claro, o el pincel, o el Verbo.
